Las pilas

Ilustración de Clara Carranza

Si crees que te gusta el café, te aseguro que no es nada comparado con lo que le gusta a Clara. Por la mañana, la mayoría, necesitamos una taza o dos para estar despiertos, pero este no es el caso. Desde muy pronto, ya se escucha el silbido de la cafetera por toda la calle. Sus vecinos están hartos, pues como su cafetera es tan grande, suena más parecido a una locomotora. Se prepara unas tazas de café, tan llenas, que no las puede levantar de la mesa sin que se caiga y tiene que acercarse a sorber del borde. Así empieza el día, y así sigue, bebiendo café, sin parar hasta que ya es bien de noche. ¿Cómo duerme?, os preguntaréis. Claro está, Clara no duerme.

Aunque a simple vista, no se diferencia de ninguno de nosotros, quien la conoce sabe que es capaz, si se lo propone, de acabar con el stock del eje cafetero en una semana. Si te fijas mucho, puedes ver que hace lo mismo que todo el mundo, pero mucho más rápido. Entonces le da tiempo a hacer muchas más cosas. Además, sumando las horas que el resto usamos para dormir, entendemos mejor su productividad. Hace de todo: pinta, lee, ve películas, hace deporte, va a museos, sale con sus amigos, monta a caballo, trabaja mucho… y bebe café. Siempre va acelerada, pero su capacidad de concentración es asombrosa. Le tiemblan un poco las manos, pero es precisa ¿Tiene taquicardias?, os preguntaréis. Claro está, a Clara le late el corazón a otra velocidad.

Puede parecer perjudicial, y lo es, a pesar de que Clara está hecha de otra pasta. Ella y su corazón de colibrí, necesitan el café para seguir latiendo. No obstante, le ha afectado de una manera sorprendente: sus dos ventrículos y sus dos aurículas se han vuelto más delicadas que las de cualquier otro. Esto hace que sea más perceptible a ciertos sentimientos, es decir, las cosas le afectan de manera distinta. Nunca sabes como va a reaccionar, en mi opinión, así es más divertido. La belleza y la melancolía son su debilidad Sin embargo, debido a la sobreestimulación constante a la cual está siempre sometida, es muy peligroso que se sobresalte en exceso. Vivir al borde de un paro cardíaco es una emoción constante. ¿Tiene miedo?, os preguntaréis. Claro está, Clara, como todos, hay días en los que sí.

Una cosa que llamaría la atención a cualquiera, es que sus lágrimas huelen a café. No llora casi nunca, pero cuando lo hace, lo hace a lo bestia. Sus llantos con cafeína se oyen a varios kilómetros. No es sano vivir con tanta intensidad, te dirá mucha gente, y tienen toda la razón, no obstante, es la única forma de vida que Clara conoce. Muchas personas no entenderán lo maravilloso que puede llegar a ser sentir todo tanto, aunque es, también, muy cansado. Y por eso y por la falta de sueño, tiene unas bonitas ojeras lila. Si algún día crees reconocerla por la calle, acercaros y saludadla de mi parte. ¿Por qué?, os preguntaréis. Esto no está tan claro, pero si la conocieseis, lo verías.

Estaréis pensando que por qué os cuento la vida de Clara, que no es comercial, ni pretende serlo. Y la respuesta es muy sencilla, porque quiero. Me gusta el café (un poco menos que a Clara), me gustan las personas que hacen cosas y me gusta, sobre todo, contar historias sin moralejas aparentes, pero llenas de palabras bonitas. Si piensas en todas las cosas que podrías hacer durante el día y no haces porque no te da tiempo, acuérdate de Clara. El que quiere tiempo tiene tiempo. No hace falta llegar al nivel, claramente exagerado para buscar el interés del lector, pero, en mi caso, me gustaría hacer un esfuerzo por aprovechar más el tiempo. Esta historia que dedico a aquellos que como yo, a veces, necesitan un empujón para hacer lo que les gusta. Nunca dejes de hacer algo por falta de tiempo e igual que Clara, búscate algo que te cargue las pilas.

4 respuestas a “Las pilas”

  1. Avatar de Patricia Sagardoy de Simón
    Patricia Sagardoy de Simón

    Pero q bien escribes Teresa!!
    Es q todos me gustan y me parece q cada uno tiene su “quid”
    Son muy bonitos y todos tienen algo q te llega y no te deja indiferente además de ser ligeros y agradables de leer.
    Enhorabuena!!!!
    Patricia

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    1. Patricia, agradezco mucho tus comentarios, siempre anima leerlos.

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  2. Enhorabuena Teresa! 

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